martes, 27 de noviembre de 2012

6º Capitulo: Primer Beso.


(Narra Marta)

Un único nombre retumbaba en mi cabeza, Harry. 
Tomé una estúpida decisión, pero la única que me dictaminaba el corazón. Apenas me despedí, simplemente colgué el teléfono y salí corriendo en la dirección que me pareció más indicada.
- ¡Marta! ¿a dónde vas? ¿Sucede algo? -escuché gritar a Louis cuando ya estaba algunos metros alejada de ellos.
- No -dije fatigada por correr- tengo que irme.
Podía sentir las miradas de todos en mi nuca, y aunque no las viera, podía imaginarme sus caras de desconcierto. Había salido de allí de golpe, simplemente, sin decir una palabra. Conforme cada zancada que daba me preguntaba porque habría reaccionado así. Era algo difícil de entender, pero sabía que algo no iba bien con Harry. ¿Harry? Si él, ¿Por qué? ¿Por qué solo pensar su nombre me producía esa extraña sensación? ¿Acaso era él diferente a los demás? ¿Por qué ayer por la mañana ni si quiera me acordaba de él y ahora invadía mi vida sin previo aviso? Él era en lo único en lo que pensaba desde hacía veinticuatro horas. Era tan complicado entender el porque de las cosas, y el porque estaban sucediendo de aquella manera.
Moví mi cabeza de un lado a otro, intentando aclarar mis pensamientos. Cuando me quise dar cuenta había llegado a mi casa. Pero ¿Por qué allí? Abrí la puerta y me encontré a Gemma, nerviosa y angustiada en el salón.
- ¡Marta! Sabía que vendrías -exclamó al verme.
Y corrió hacia mí.
- ¿Qué ha pasado con Harry? -pregunté intentando coger aire.
- N... no está -dijo sin más.
- ¿Como que no está? Explícate mejor -rogué.
- Mi madre me a dicho esta mañana, que esta noche no ha ido a dormir a casa. Le estamos llamando al móvil y lo tiene apagado, no... no sabemos donde está. -se desesperó- Quería agotar todas las posibilidades antes de llamarte.
En ese momento, más que angustia, fue un sentimiento completamente distinto el que sentí. Fue ¿rabia? Si, ciertamente, eso era lo que sentía. ¿Cómo era capaz Harry de hacerle esto a su propia madre y a su hermana? Ellas que tanto se preocupaban por él. Es un egoísta, no sabe todo lo que la gente puede llegar a sufrir por su culpa. ¿Acaso me estaba incluyendo yo en ese bote? ¡Claro que no Marta! Que dices, tu no te preocupas por él, solo... quieres ayudar.
- Calma Gemma, le encontraremos antes de que caiga la noche. - la consolé abrazándola. Ella quería realmente a su hermano- Vamos a buscarlo.

[...]

Miré por décima novena vez el reloj aquella tarde. El tiempo parecía ir en nuestra contra, y cada vez que miraba las manecilla de mi reloj, daban la sensación de ir más rápido. Apurándonos aun más en nuestra tarea. 
Ya todos estabamos buscando a Harry, medio pueblo se había enterado de la noticia. Anne, Gemma, mi padre, la policía, algunos vecinos... todos estaban colaborando. Y se asustaban aún más al ver como la noche nos empezaba a ganar. Todos tenían en mente que le había pasado algo a Harry, todos menos yo. Yo era la única que sentía que esto era uno más de sus juegos. Otra de las rabietas que parecían darle últimamente a Harry. Y eso me hacía enfurecer, ya que nos trataba como peones de un juego. Sin embargo, otra parte de mi, se estremecía al pensar que algo malo le hubiera pasado.
Llegamos a los bordes del bosque. Junto a la carretera que daba a la salida del pueblo. En este grupo, solo íbamos Gemma y yo.
- Será mejor separarse –anunció ella.
Asentí lentamente. Sabía que era lo mejor, pero el echo de perderme en un bosque ya de noche me repugnaba. 
- Ten –dijo alzando la mano para darme un walki- Así nos mantendremos comunicadas.
Lo cogí con firmeza, nos dimos un fugaz abrazo y ambas continuamos con la búsqueda por separado.

[...]

Cuanto más al norte avanzaba, más difícil se me iba haciendo el camino. Andar entre tantos hierbajos era tarea complicada. Las ramas no dejaban de arañarme y engancharse en mi ropa, y de vez en cuando algún búho pasaba rozando mi cabeza, asustándome. Llegué a un punto en el que empecé a notar que estaba pasando por el mismo sitio varias veces. Estaba dando vueltas sin cesar y no conseguía volver a encontrar el camino. Agotada me paré en seco en un claro.
- ¿Dónde te has metido Harry? –susurré pasadamente. 

[Flasback]

-9 años atrás-

- ...47, 48, 49 y 50! Listos o no, allá voy –grité bien alto para que Harry me oyera.
Eché a correr por todo el bosque. Mis dos pequeñas coletas rebotaban con cada salto que daba y mi bonito vestido azul celeste brillaba más que nunca a los rayos del sol.
Empecé a ir con cuidado, mirando detrás de cada árbol. Harry era muy bueno jugando al escondite, pero muchas veces acababa encontrándolo. Seguí durante largo rato, pero mi pequeño amigo seguía sin dar pistas. 
Llevaba ya un buen tiempo dando vueltas, no conseguía encontrarlo, y quería irme a casa y seguir jugando con él allí. Pero no podía dejar a mi amigo atrás, eso no lo hacen las niña valientes como yo. Apreté con fuerza a Mr. Rabbit y seguí buscandolo.
- ¿Dónde te has metido Harry? –susurré asustada.

[Fin del Flashback]

- ¡Pues claro! –exclamé de pronto.
¿Cómo he podido pasarme por alto esto? Pensé. Tenía que estar allí, era la última oportunidad que tenía de encontrarlo antes de que todas mis posibilidades se agotasen. 
Eche a correr, esta vez con un rumbo fijo, a través de la espesura del bosque. Tenía el corazón palpitándome con fuerza, y mientras corría rogaba que mi memoria no me hubiera fallado. Cuando, por fin, después de un largo rato de caminata llegué a mi destino. Allí, en frente de mi, se encontraba una enorme y alta haya. Uno de los arboles más robustos de los alrededores. Alcé la vista y allí la vi. La vieja casa del árbol, o como nosotros solíamos decirle, la base súper secreta. Tan solo unos cuantos tablones de vieja madera unidos por unos clavos oxidados, y una vieja bandera de trapo ondeando de una rota rama. Aquello era, para nosotros cuando éramos jóvenes, todo cuanto podíamos imaginar. Un gran castillo, una nave espacial, una casa de ogros gigantes, o simplemente una casita de madera de criaturas míticas de bosques encantados. Fuese como fuese, ni los pasos de los años habían conseguido derrumbarla, y allí seguía. 
Decidida, rodeé el gran tronco y encontré las escaleras que subían a ella. Las empecé a escalar hasta llegar a la trampilla de la casa árbol. Una vez allí, apreté los ojos con fuerza, suspiré hondo, y entré en la casita.
Suspiré aliviada al comprobar que allí estaba Harry. Apoyado contra una de las paredes laterales, abrigado en su chaqueta y dormido, profundamente dormido. Por eso no me escuchó entrar.
Terminé de entrar con cuidado de no despertarlo y me acerqué a él. Antes de llegar me tropecé con algo, miré al suelo y me encontré un viejo conejo de peluche. Sucio, descosido, y con un botón como único ojo. Lo cogí y reconocí a Mr. Rabbit. Mi antiguo peluche, con el que tantas tardes había jugado. Seguramente lo deje aquí olvidado una de esas tardes, con la esperanza de que volvería al día siguiente, aunque nunca lo hice...
Lo deje en un rincón y continué avanzando hasta Harry hasta colocarme justo enfrente de él. La luz de la luna se reflejaba en sus perfectos rasgos, e iluminaban sus rizos. Tenía una cara inocente, que por unos minutos me hizo recordar a mi antiguo amigo. A ese al que nunca conseguían borrarle una permanente sonrisa. A ese al que llamaba mi mejor amigo.

[Flashback]

-9 años atrás- 

Estaba cansada de buscar a Harry. Asustada por no saber donde estaba, y sobre todo, preocupada por él. Quería encontrar ya a mi amigo, ya no me gustaba el juego. Hasta que de pronto lo vi. Me miraba desde lo alto de una rama, que no estaba muy alejada del suelo. Con una sonrisa deslumbrante, y la ropa toda manchada y embarrada. Y como no, las rodillas con pequeñas heridas. Yo también me las hacía, era una niña de seis años muy enérgica. Y nos encanta presumir de las heridas de guerra, como nosotros las llamamos, ante los demás.
- ¿Dónde te había metido Hazza? –le pregunté con el mote por el que siempre le solía llamar.
- ¡He descubierto una cosa alucinante! –exclamó entusiasmado.
- ¿Cuál? –quise saber curiosa.
- Ven –me sonrió.
Bajo de un salto de la rama y me ofreció su mano. Los dos corrimos por todo el bosque hasta llegar a un gran árbol.
- Mira allí –dijo señalando a lo alto de una de sus ramas.
- ¡Alaaaa! –exclamé sorprendida.
Era una hermosa casa de madera, y toda para nosotros dos solos. Sería genial jugar allí dentro.
- ¿Te gusta Marta? –sonrió él, enseñando sus pequeños hoyuelos.
- Muchisimo –estallé de alegría- subamos.

[Fin del Flashback]

Hazza, si. Yo le solía llamar así. Ahora empezaba a recordar muchas de las cosas que viví con él. De los mejores momentos de mi vida fueron a su lado. ¿Cómo en unos años pude olvidarlo todo? Me sentía realmente mal por ello.
No me daba cuenta, pero me quedé observando a Harry largo rato. Embobada, sin poder moverme del sitio. Sin casi notarlo empecé a extender la mano hacía él. Despacio, con cautela, y casi conteniendo la respiración hasta que al fin conseguí rozar sus dulces mejillas. No se porque había echo eso, de echo, no se porque me comportaba así. Ni tampoco porque mi corazón parecía un caballo desbocado dentro de mi pecho. Simplemente sabía que me gustaba aquella sensación, era agradable estar así con él. Sin que me dirigiera una mirada de odio. Pero me asustaban más mis sentimientos de lo que me pudieran agradar.
- ¿Marta? –dijo con voz ronca- ¿Qué haces?
Asustada aparté la mano de inmediato. Él me miraba con extrañeza y algo adormilado. Sus verdes ojos me miraban intensamente a pesar de la oscuridad.
- He.. he ve-venido a buscarte –conseguí decir.
Él se incorporó rápidamente y esa mirada de odio hacia mí volvió.
- ¿Por qué? ¿Por qué haces todo esto? –elevó la voz.
- ¿Hacer qué? 
Él agachó la cabeza y la movió de un lado a otro pesadamente.
- No lo entiendo. Solo tenías que dejarme aquí. No te pedí que vinieras a buscarme. Estaba bien, solo... alejado de ti –dijo esto último con cautela. Esperando a ver mi reacción.
Que obviamente no fue buena, ya que sus palabras se me clavaron como puñales.

[Flashback]

- 7 años atrás-

- Seremos siempre amigos –sonrió Harry.
- ¿Siempre?
- Siempre. Lo prometo –rió.
Después de esto me dio un enorme abrazo.
- Eres mi mejor amigo Hazza. No me separaré de ti nunca.
- Tu también eres mi mejor amiga. Te quiero mucho Marta –me dijo.
Nos separamos después de un rato, nos miramos y nos empezamos a reír. Estabamos en la base super secreta. Jugando como hacía ya dos años que lo hacíamos. Hacia ya dos veranos que habíamos encontrado ese lugar y todas las tardes ibamos allí, y nos pasábamos las horas y horas jugando. Por supuesto, nadie más salvo nosotros sabía de su existencia.
Esa tarde era especial, habíamos prometido ser siempre amigos, y no lo estabamos pasando como nunca. Ya era hora de volver, así que nos sentamos en el suelo a intentar recoger un poco todo aquello. Harry se encontró con Mr. Rabbit tirado y me lo acercó.
- Toma –me dijo extendiendo su mano para darme el peluche.
- Gracias Harry –le sonreí.
Él en vez de seguir recogiendo se me quedo mirando, con una gran sonrisa como de costumbre. Yo me puse colorada, y me enfadé conmigo por hacerlo. Odiaba esas cosas, me daban mucha vergüenza ponerme roja. Y Harry me lo notaba en seguida.
Harry apoyó su mano en el suelo y rozó justo la mía. No sabía que estaba pasando, solo tenía ocho años, al igual que él. Pero había un sentimiento que acababa de salir, y que antes no estaba. Siguió acercándose a mi cada vez más ¿qué pretendía hacer? ¿No irá a besarme como hacen los príncipes al final de los cuentos? ¡Que asco! Esas son cosas de mayores. Pero por alguna razón no puedo moverme del sitio. ¡Maldita sea! Hazza y sus ojazos verdes me tienen ¿Paralizada? Al final pasó lo que tuvo que pasar. De tanto que se acercó acabó dándome un beso. Un pico, nada más. Estuvimos con los morritos puestos unos segundos. Y yo no dejaba de pensar que mi mejor amigo me estaba dando mi primer beso. ¿Qué era esa sensación? Me... me gustaba. Si, era muy agradable.
Nos separamos rápido y ruborizados.

(Narra Harry) 

¿Por qué hice eso? Marta era mi mejor amiga, pero... pero aquello me había gustado. ¡Vaya! Así que ¿Esto era lo que se sentía? 
Sonreí satisfecho. Aunque ella fuera mi mejor amiga, me parecía muy guapa. Me encantaba jugar con ella, y desde que tengo memoria siempre fue mi confidente, mi compañera de aventuras, todo.
- ¿Qu-Qué tal? –tartamudeé nervioso.
- No estuvo mal –dijo. Y enseguida desvió la mirada y sus mejillas cogieron un notable color rosado. -¿Y tu?
- Lo mismo... –reí.
- ¡Que asco! –dijimos a la vez.
Los dos empezamos a reír sin parar. Nos refregamos la boca al instante. Aunque yo no tenía necesidad, ya que ese beso me había encantado.
- Esto mejor se lo dejamos a los mayores –dijo Marta.
Yo asentí conforme.

(Narra Marta)

Ese beso, había sido genial. Pero mejor no contárselo a Hazza o pensaría que soy una niña cursi.
Después de recoger, y de hacerle prometer a Mr.Rabbit que guardaría el secreto de nuestro primer beso, nos marchamos de allí. Harry me dio la mano de camino a casa, me sonrió y me dio un adorable beso en la mejilla.

[Fin del flashback]

- Eres idiota –le solté al fin.
Él me miró sorprendido.
- Todos están preocupados por ti. Eres un inconsciente, no sabes lo que están sufriendo tu madre y Gemma.
- Harry agachó la cabeza, pero no mostró ningún sentimiento.
- Quizás hubiera sido mejor que no te encontrara –le grité. Aunque luego me arrepentí, ya que eso no era lo que verdaderamente sentía.
Le di la espalda exasperada, intentando respirar hondo. Y así, callados y sin decir nada estuvimos unos instantes. Iba a irme, pero antes de aquello tenía unas cuantas palabras que decirle. Me giré dispuesta a decirle de todo, pero él fue más rápido y cuando me quise dar cuenta ya se había echado sobre mi. Me arrinconó contra una pared y apoyó sus brazos contra esta. 
Su cara reflejaba dolor, y no solo esto, también una chispa de enfado.
- ¿Por qué me odias tanto? –intenté preguntar.
- Por esto. Porque has venido a buscarme, después de haberte dejado sola en la calle. Porque has vuelto a aparecer en mi vida sin previo aviso. Y por...
- ¿Por qué? –le grité.
- ¡Porque actúas como si nada hubiera pasado! –me dijo al fin- Como si nunca hubiéramos sido mejores amigos. ¿Te has olvidado de mi tan rápido? Cuando yo ni si quiera he podido sacarte de mi cabeza un solo día en todos estos años. Por qué pensaba siempre en como estarías. Y esperaba a que contestaras todas las cartas que te mandé durante meses. Esperando un momento que jamás se repetiría. Esperando una respuestas que nunca llegó... a una pregunta que nunca me contestaste... Y ahora, cuando por fin consigo borrarte de mi vida, apareces. Te comportas tan bien conmigo, cuando ni si quiera te acuerdas de mi. Por mucho más que yo te diga que te odio tu vas a seguir sonriéndome... Por esto.
No sabía que decirle, o que contestarle primero. O tan si quiera que preguntarle yo también, ya que estaba echa un mar de dudas.
- ¿Te comportas así por mi? –pregunté- Ni si quiera sabías que me ibas a ver la otra noche. Que nuestros padres salían. Ni si quiera te había visto entonces. Y... Gemma me dijo que te comportabas así hacía meses.
De todas las preguntas, fui a escoger la más estúpida.
- Yo ya sabía que nuestros padres salían. No sabes, cuanto me alegré... Cuantas ilusiones me hice al pensar que te volvería a ver. Por eso vine hace unos meses a tu casa. Tu no estabas, en realidad nadie de tu familia estaba en casa. Pasé por tu instituto y... te ví.
- ¿Me vistes? –dije confundida.
- Si, con tu novio. Habías cambiado, estabas más alta, ya no tenías esas dos coletas que solías llevar la última vez que te ví –dijo mientras una media sonrisa de añoranza se dibujaba en su rostro.
Se me resbaló una pequeña lágrima.
- Yo... Harry, no sabía eso –suspiré.
- Luego, cuando fui a cenar a tu casa, me di cuenta de que ya no te acordabas de mi. Y en fin yo...
- Yo no tenía ni idea de las cartas –comenté.
- Marta, no seas así. Se demás que las recibías.
- ¿Crees en serio que no te hubiera contestado? –me exasperé.
- ¡Claro que no! –se tensó.
- No seamos hipócritas Harry. Tu eres el que se ha escapado como un crío ¡Hay gente sufriendo por ti!
- No me dejaste alternativa, te deje tirada en la calle. ¿Cómo me miraríais todos después de aquello? Además, odiaba estar en casa. No podía aguantar más aquella farsa.
- ¡Yo no se lo he contado a nadie! ¿Te estás oyendo? Eres un egoísta.
- Si hablamos de egoísmos tu...
- Harry –le interrumpí.
- Espera –hizo ademán de seguir hablando.
- ¡Harry Joder! –empecé a darle pequeños golpes en el brazo para que me hiciera caso.
- ¿¡Que!? –preguntó.
- ¡FUEGO! –grité angustiada.
Giró la cabeza hasta donde yo estaba mirando y apartó los brazos de mi. Ahora ya no me aprisionaba, solo se ponía ante mi a modo protector. Sus enormes ojos se agrandaron aún más. Y comenzó a titubear. El fuego avanzaba con viveza, toda la pared del fondo y gran parte del techo ardía en llamas y se consumía rápidamente.
- ¡Harry! –rogué.
- ¡Ya, ya, ya! –dijo nervioso.
Tiró de mi brazo hacia él y nos quedamos agachados. Avanzamos hasta la trampilla para salir. Harry comenzó a tirar de la manilla pero esta no cedía. Se había quedado atascada. Su cara de preocupación aumentó. El humo estaba llenando toda la casa e inundaba nuestros pulmones rápidamente haciéndonos toser a los dos. Se levantó y comenzó a darle patadas a una de las ventanas para que se abriera, pero esta no lo hizo. Me miró derrotado, cogió de mi mano y me llevó hacia él. Nos apoyamos en la pared y nos dejamos deslizar hasta el suelo. Él no me dijo nada, ni si quiera se atrevía a mirarme. Solo me arropó con su chaqueta y me abrazó contra su pecho con fuerza. Comprendí que no había escapatoria, que no sabía como decírmelo, que ese era el fin. No podía quedar todo ahí, aun había muchas cosas que debía decirle a Harry. Le miré para intentar decirle una de las muchas cosas que quería, pero me lo impidió posando uno de sus dedos sobres mis labios. El calor ya se empezaba a notar, sentía como mi piel quemaba por la proximidad de las llamas. Sentía como nos devoraban. Como querían abrasarnos. Ya era casi imposible ver a través de tanto humo. Solo logré distinguir como Harry cogía algo del suelo y lo apretaba junto conmigo contra su pecho. Cerré los ojos, escondí la cara entre sus brazos y dejé que todo pasara.

[Flashback]

-7 años atrás-

Mi pequeño amigo Hary me abrazó con fuerza. 
- Nunca dejaré que nada malo te pase.Te protegeré de todo. Te quiero mucho Marta.
- Te quiero mucho Hazza –sonreí abranzandolo.

4 comentarios:

  1. diossssssssssssssssssssssssss. me quieres matar. sisisisisisi definitivamaente me quieres matar y lo has conseguido. ahora no voy a poder dormir porque me he qeudado aqui super extra mega preocupada.
    sube pronto porfavorrrrrrrrrrr

    one kiss

    ResponderEliminar
  2. :D Me alegro que te haya gustadoo!
    Intentaré subir más a menudo cielo :3
    Graciiiiias xx

    ResponderEliminar
  3. Cuando vas a poder subir capitulo.cielo

    ResponderEliminar